domingo, 25 de septiembre de 2011

SOBRE ALETHEIA


Aletheia nace como grupo abierto destinado a articular a personas y colectivos comprometidos con una transformación profunda de valores y praxis sociales, con el objetivo de situar como referente de los mismos a patrones de auténtica realización humana. Adjuntamos una muy sucinta caracterización del mismo:

¿Qué somos?
Somos un proyecto global. Con esto queremos decir que tenemos la pretensión de un pensamiento y una acción transformadores en todos los ámbitos de la realidad, al tiempo que potenciadores de lo mejor que ella, asimismo, haya podido legarnos. Y entendemos por lo mejor aquello que contribuya a hacernos más humanos, en el sentido de respetar más la unidad y la singularidad de nosotros mismos y de los otros seres que pueblan con nosotros el mundo.
Como seres humanos, afirmamos que nuestra realidad esencial es la conciencia, cuyas dimensiones universales son el amor realizador (que quiere la libertad del otro), el pensamiento creador y el yo como afirmación de la diferencia.

¿Dónde nos encontramos?
Nos encontramos en una encrucijada fundamental en la historia humana, puesto que la mayor parte de las instituciones tradicionales que conformaban el universo social se encuentran hoy en una aguda crisis de legitimidad, y con ellas muchas de las certezas que durante mucho tiempo han dado consistencia a la existencia humana. Se ha generado así una situación de caos que provoca inevitablemente mucho sufrimiento, pero también una enorme esperanza, puesto que sólo del caos puede nacer un nuevo orden, más elevado -en el sentido de respetar y potenciar más la singularidad de sus partes- que el anterior.

¿Qué pretendemos?
Pretendemos que los seres humanos logremos reconocernos por fin como nosotros mismos, lo cual significa nuestra plena realización como seres singulares y solidarios, teniendo presente, de esta forma, que nuestra singularidad o condición de seres únicos es irrealizable completamente sin la dimensión solidaria, y viceversa. Lo anterior, además de constituir una meta universal, pensamos que constituye también un fin que siempre ha estado implícitamente presente entre los seres humanos, presentándose de forma más transparente en unos y más oscura en otros. De tales principios se deduce, a su vez, que toda nueva construcción social ha de realizarse bajo la premisa universal de que todo ser humano es un fin en sí mismo, y que por tanto no debe ser utilizado nunca como un medio.
Pretendemos, asimismo, que, como seres esencialmente conscientes que somos, podamos alcanzar la plenitud de nuestra conciencia. En coherencia con lo anterior, aspiramos a que el ser humano sea el patrón esencial de todas las realizaciones, lo cual significa que siempre pueda reconocerse en las mismas en la plenitud de sus dimensiones conscientes. Y pretendemos, pues, por último, crear una conciencia de cambio en relación a estos fines, así como una acción social, política, económica, cultural, etcétera, que la acompañe, y que se irá perfilando con el desarrollo del propio proyecto.

Aletheia participa, junto a otros colectivos y personas, en este proyecto que pretende la potenciación de la transparencia por varias razones:
-Porque, con él, trata de ponerse en cuestión las nociones tan comúnmente empleadas actualmente respecto a la transparencia. Transparencia no es hacer pública la declaración de la renta de los políticos, ni que estos sean elegidos según un sistema más o menos representativo. Transparencia es vivir como el otro, con sus mismas preocupaciones, trabajos, angustias y alegrías. Nadie puede representarnos realmente si no vive en su piel como vive el otro.
-Porque la transparencia es lo que afirma la presencia de los otros para que se puedan realizar. Es lo que saca a la masa del anonimato y devuelve al ser humano su dignidad. En ella no hay competencia.
-Porque la transparencia es lo que nos permite ver, y por tanto relacionar las cosas. Así pues, es lo que acaba con las mediaciones opacas que nos impiden que nos afirmemos como los que somos, que no nos remitamos a fines externos a nosotros mismos, como ocurre con el dinero, el gran mediador universal. Rescata, pues, la dignidad del hombre, que consiste en tomar lo justo para, sobre todo, poder dar.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

LA POLITICA DE LA INTERDEPENDENCIA: PETER COYOTE


 





(En AA.VV., Política con conciencia. La alternativa buddhista para hacer del mundo un lugar mejor, Kairós, 2010).1

«Habitualmente, la palabra política significa la "competencia entre distintos grupos o personas con intereses rivales en busca de poder y liderazgo". Ésta es, de hecho, la cuarta entre las ocho definiciones de la palabra recogidas en la tercera edición del diccionario internacional Webster. La primera definición, que me parece más útil, define la política como el "arte de regular y ordenar las relaciones entre individuos y grupos en una comunidad política". Las palabras regular y ordenar enfatizan la idea de relación e interdependencia, mientras que competencia implica dominación y jerarquía.

Las relaciones y la interdependencia "surgen en dependencia mutua", el núcleo de la comprensión del Buddha. Esta comprensión central implica ciertos procedimientos y objetivos en cuanto al ejercicio de la política que podrían modificar de forma beneficiosa nuestra forma actual de entenderla y, por lo menos, nos ofrece la oportunidad de considerar el ejercicio de la política desde la perspectiva del Buddha.

El primer principio podría expresarse de este modo: las acciones y las soluciones políticas deberían ofrecer a todos los seres la mayor oportunidad de realizar sus destinos evolutivos (en este contexto, por "seres" debería incluir a los insectos, las plantas, los animales y la tierra misma). En la práctica, ello comporta tener en cuenta las necesidades de todos los seres al evaluar los objetivos y las estrategias de la política. Decir: «No puede haber más fábricas en tal y tal lugar», es una negación categórica que genera conflicto, puesto que habrá gente que necesitará el trabajo y otros que necesitarán los productos. Un tipo de afirmaciones alternativas e inclusivas sería el siguiente: «Necesitamos fábricas y centrales eléctricas, pero tendrán que construirse de un modo que no sea dañino. Además, deberán ubicarse allí donde los intereses de las plantas, los animales y los seres humanos no se vean afectados de forma negativa, y sus productos deberán venderse a un coste que no oprima a aquellos que los necesitan para su supervivencia». Esto comporta un mayor grado de complejidad y resolución de conflictos, lo que, a su vez, comporta una mayor participación.

El segundo principio podría ser el siguiente: si no hay individualidad, no hay diferencia. Nuestro "oponente", por muy desagradable que sea, está destacando un aspecto de la mente que puede resultarnos difícil de aceptar, pero un aspecto que debe comprenderse y afrontarse si queremos avanzar. Sólo podemos acercarnos a la situación desde la intimidad. La resistencia aumenta la fuerza (como sucede en el gimnasio) y sólo endurece la posición de nuestro adversario. Por el contrario, la consideración detenida del primer principio sacará a la luz y pondrá de manifiesto los "intereses" y los deseos contrarios del defensor. Estos intereses deben reseguirse hasta sus raíces en nuestra propia psique hasta que podamos encararlos sin el enfado y el juicio de valor que infravalora a nuestro oponente. Si actuamos de este modo, como mínimo obtendremos el respeto de aquéllos con los que nos enfrentamos y este respeto incrementa la intimidad y el sentido de relación, el objetivo profundo de todo ejercicio político. 

El tercer principio podría ser éste: los procedimientos y las soluciones que comprometen la dignidad (el "valor intrínseco") de nuestro oponente comportan dominación y jerarquía, no relación. En consecuencia, deberían ser excluidos del discurso político.

Resulta difícil imaginar que pueda producirse mucho daño con una práctica concienzuda de estos principios. Nada funcionará en todas las situaciones y un corolario de cualquier ejercicio político debe ser: "Nadie gana siempre". Puesto que los efectos están fuera de nuestro control, lo que sí podemos controlar son nuestras intenciones y nuestra propia conducta. Si cumplimos con estos tres principios, configuraremos el mundo que deseamos construir a través de la política y esto jamás puede considerarse como una derrota.»

(pp. 137-139)

1 Peter Coyote es escritor, actor, buddhista comprometido y autor de Sleeping Where I Fall.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

NUEVOS VALORES PARA UN NUEVO TIEMPO: CHARLA COLOQUIO


El próximo día 20 de septiembre celebraremos en Córdoba la charla-coloquio "Nuevos valores para un nuevo tiempo", introducida y moderada por Francisco Almansa. Se tratará en ella de reflexionar sobre valores alternativos al individualismo y al gregarismo rampantes del capitalismo, que coexisten, paradójicamente, en perfecta armonía en la fase terminal de este sistema, y de buscar una plasmación práctica de tales valores.

Os esperamos.

lunes, 12 de septiembre de 2011

RESUMEN DEL AFIRMACIONISMO O TEORÍA DE LO UNO (III): EL TODO ES PERFECTO


 La revista digital Avalon ha publicado en su número de septiembre de 2011 la tercera parte y última del artículo "Resumen del Afirmacionismo o Teoría de lo Uno", de Francisco Almansa González, que se ecuentra también completo a través del siguiente enlace de nuestro blog: http://aletheia-informa.blogspot.com/2010/09/resumen-del-afirmacionismo-o-teoria-de.html. Con ello se puede consultar por fin en toda su extensión este texto que trata de extractar, con un gran esfuerzo de síntesis, esta exposición general del sistema afirmacionista, que obtiene su nombre del principio según el cual toda negación es en última instancia inherente a una afirmación. Se sitúa, pues, de esta forma, totalmente frente al absurdo existencialista y postmoderno, según los cuales "lo relativo es lo absoluto", lo cual constituye una contradicción en sus propios términos. Y, como cualquier contradicción que se afirma como absoluta, constituye una parte que se afirma abusivamente sobre el todo, contribuyendo a la visión deformada de este último.

El pensamiento afirmacionista es un pensamiento muy joven (aún no ha afrontado su primera publicación de conjunto, si bien esperamos que ésta acontezca pronto) que pretende aportar claves para el cambio de paradigma que aún está por forjarse completamente.

El enlace para la lectura de la tercera parte del artículo, que redirecciona directamente a la revista Avalon, es http://revista-avalon.es/I-03.htm

viernes, 9 de septiembre de 2011

CUENTOS DE ARTE: WILLIAM BLAKE


El poeta y pintor inglés William Blake es la fuente de inspiración para un nuevo Cuento de Arte mediante el cual nuestra colaboradora Encarnación Almansa pretende que niños y jóvenes se acerquen a los intemporales dibujos de este místico inglés del siglo XIX.
Podéis visualizar o descargar este cuento, acompañado por la música de Franz Liszt, en el siguiente enlace:
¡Que lo disfrutéis!

lunes, 5 de septiembre de 2011

LA OPORTUNIDAD DE UNA REFLEXIÓN

William Blake, Glad Day o la Danza de Albión
La confusión actual en torno a lo que es el Espíritu es quizás mayor que nunca. Se imponen el sincretismo y la desvirtualización de prácticas y enseñanzas largo tiempo inspiradoras, orientándolas en demasiados casos a finalidades muy particulares. En otras muchas ocasiones, venimos asistiendo a un reduccionismo de lo “espiritual” a la mera práctica o técnica que trata de aplicarse (sea ésta cual fuera), o concibiéndolo como un dominio que debe preservarse de las contaminaciones del mundo secular, creando, pues, entre ambos supuestos ámbitos -el secular y el espiritual- una profunda disociación. Una dicotomización que, precisamente, se halla obviamente en contradicción con el lema, tantas veces pronunciado en determinados círculos, de que “todo es uno”.
Estas concepciones tan unilaterales del espíritu (por ejemplo, nos hemos llegado a encontrar con la aseveración de que el hecho de que se instalaran tiendas para la meditación durante las acampadas del 15M convertían por ese hecho al movimiento en “espiritual”) nos parecen sumamente empobrecedoras. Es por ello que hemos querido rescatar aquí la cita de Leonardo Boff en su libro Iglesia: Carisma y poder (Sal Terrae), y que es la que reivindicamos aquí:

«La realidad del Espíritu, por el contrario, se inscribe en el ámbito de la creatividad, de lo no convencional, de la irrupción de lo nuevo, al nivel individual.» (p. 250)

Y, efectivamente, el Espíritu no puede ser otra cosa que lo que enriquece lo que ya verdaderamente somos a nuestro nivel más esencial -amor realizador (que quiere la libertad del otro), pensamiento creador y 'yo' como afirmación de la diferencia. Y es ello lo que hace al silencio, en última instancia, subordinado a la palabra. En este sentido, deben, pues, considerarse espirituales todas aquellas personas que -independientemente de su carácter o no creyente, incluso en la espiritualidad misma-, han promovido y promueven esas facetas esenciales, contribuyendo así a nuestro reconocimiento. Y, al contrario, puede entenderse como opuesto a lo espiritual a todo aquello que nos empobrece, negando, pues, la unidad que afirma nuestra propia singularidad, que es lo que, nos atrevemos a decir, constituye el Espíritu.

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